Estado español - ys13.es

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La situación política en el estado español sigue marcada por la brutalidad de los ataques a la clase trabajadora como estrategia para salir de la crisis. Desde recortes en servicios públicos (educación, sanidad, sistema judicial, dependencia, administración pública, etc.), a un acelerado desmantelamiento de los convenios colectivos favorecido por la última reforma laboral, pasando por una tasa de paro de más del 27%, hasta más de cien deshaucios diarios en los que miles de familias populares se quedan en la calle.

La respuesta a estos ataques, aunque masiva en muchas ocasiones, sigue siendo muy desigual, discontinua, poco organizada y moderada. La radicalidad, organización, claridad de objetivos, etc. necesarios para un periodo donde conseguir una victoria es especialmente difícil por pequeña que sea, se encuentran bastante ausentes. De este modo, aunque sigue habiendo un descontento por parte de la población bastante importante y la gente sigue peleando en las calles, también percibimos cierta desmoralización ante la falta de victorias.

Así, por un lado encontramos una falta de identificación positiva de la mayoría social con las instituciones traducida en una crisis de régimen (partidos tradicionales, sindicalismo mayoritario, parlamento, etc.), pero contradictoriamente también hay un refugio en estas mismas instituciones al no conseguir victorias fuera de ellas. Esto explica el crecimiento electoral tan importante de Izquierda Unida. Realmente, no existe una identificación entre la gente afectada por la crisis con IU (especialmente en Andalucía donde la fuerza política gobierna junto al PSOE aplicando recortes: despido de 4.500 interinos en educación...), pero si una actitud defensiva de apostar por el “mal menor”.

Sin embargo, el escenario político no está cerrado. La gente sigue en las calles y el régimen no ha recuperado su legitimidad ni parece que vaya a hacerlo en el corto plazo. A pesar de la desmoralización, la crisis ha permitido la politización de un importante sector de la sociedad y la consolidación de una vanguardia antes reducidísima.

Por ello, desde Izquierda Anticapitalista (sección de la IV en el estado español fundada en 2008 y que actualmente cuenta con unos 600 militantes), apostamos por reforzar e implantarnos en cada lucha. Con realidades desiguales en función del territorio, como norma general contamos con buena implantación en el movimiento estudiantil y en los movimientos sociales, aunque nos sigue faltando en el mundo del trabajo y en los barrios. Buscamos como relacionarnos con todo ese sector social que se está politizando con la crisis económica con una iniciativa llamada Alternativas desde Abajo. A nivel interno, vivimos un proceso de crecimiento de nuestra militancia, extensión y consolidación política y organizativa.