'Teorías y militantismos « queer »'

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Introducción

Los movimientos intelectuales y militantes "queer", cuando se desarrollan a finales de los años 1990 en Estados Unidos en un contexto político de retrocesos sociales y políticos (Reagan, Bush), son portadores, representan un encaminamiento político en ruptura con las ideas en boga : se trata claramente de oponerse a las evoluciones esencialistas de los movimientos gays y feministas americanos. Se trata también de reafirmar que las identidades que provienen (o se originan) de los marcos de opresiones no son datos naturales y paralizados, sino construcciones sociales y políticas. Esas premisas radicales se inscriben entonces claramente en la continuidad de los movimientos de emancipación de los años 1970. Pero el "queer" va a conocer rápidamente, en los años 1990 y 2000 un éxito importante, hasta llegar a institucionalizarse en el seno de las universidades americanas (queer studies), a la favor del desarrollo de corrientes intelectuales post-modernas. De hecho, las teorías "queer" representan hoy un conjunto heterogéneo, una nebulosa intelectual y política. ¿Qué lectura crítica podemos hacer, en calidad de militantes LGBT de la izquierda radical/revolucionaria?

1. - Sexo/género/sexualidad

Uno de los elementos más interesantes del queer, es sin duda la nueva formulación de la crítica del sistema patriarcal, considerándolo sistema, un dispositivo de articulación entre sexo, género y sexualidad, fundado en el primado de la norma heterosexual reproductiva obligatoria. En realidad, para restituir bien esa nueva formulación, hay que tomar en consideración el contexto feminista de los años 1980, dominado en EEUU por las corrientes esencialistas. En sí, esta crítica no es fundamentalmente nueva, ya que proviene de las problematizaciones feministas y lesbianas de los años 1970.

En efecto, una de las grandes adquisiciones teóricas del feminismo durante los años 1970, es el establecimiento de una distincción entre sexo y género (Oakley, 1972). Analizándose el sexo como un dato "biológico", no determinante, y el género como la construcción social y política que encuadran las diferencias biológicas. A escala de la sociedad, hubo numerosos debates (y siguen) sobre la importancia/la parte respectiva de lo cultural y de lo biológico en la determinación de las relaciones hombres/mujeres.

La distincción sexo/género marca una etapa esencial para el pensamiento feminista, pero conlleva un escollo, que apareció rapidamente en los debates (tanto en EEUU como en Francia, cf. Uso despolitizado de "género") : al centrar el análisis sobre el género, como construcción social, se toma el riesgo de dejar de lado el sexo, y de transformarlo pues en "cosa" (reificarlo - cosificarlo). El sexo se convierte entonces, de hecho, en elemento no interrogado, naturalizado, como si se tratase de una invariante social e histórica.

Aquí es donde las críticas "queer" aportan una lectura interesante, al movilizar nuevamente los análisis feministas materialistas. Apoyándose sobre los trabajos médicos relativos a la intersexualidad, las investigadoras queer van, en efecto, dedicarse a demostrar que el sexo es también una construcción social y política. A partir de este acercamiento de la articulación sexo/género, las teóricas "queer" proponen analizar el género como determinado por un dispositivo de sexualidad, entendido como un sistema organizado en torno a la norma "heterosexual obligatoria". En esta perspectiva, es el sistema político heterosexual el que funda las relaciones sociales de género, apoyándose sobre construcciones sociales del sexo.

La articulación de las tres dimensiones permite el problematizar la sexualidad (prácticas, orientaciones) vinculadas con el género, y no en forma de suma, o sin ningún lazo, como ocurre a menudo en los movimientos LGBT o feministas.


2. - Estrategias/política

Como no existe ni corriente política, ni escuela teórica "queer" estructuradas o homogéneas, no existe una perspectiva estratégica de emancipación "queer" única. Para Butler, la cuestión estratégica en los movimientos de emancipación implica una atención importante a lo que ella llama los "temas" de los movimientos sociales. ¿Cúal es el tema político del feminismo? ¿Cúales son los temas políticos de los movimientos LGBT? Pregunta. Detrás de estas preguntas, cuestiona en realidad las identidades políticas que sirven de soporte a los movimientos sociales. Esta interrogación está, para ella, evidentemente muy ligada al contexto de luchas feministas y gays en EEUU : la afimación de identidad "mujeres", o "gay", si es útil estratégicamente para construir movilizaciones colectivas fundadas en la opresión vivida conjuntamente, ha de ser el objeto de una reflexión crítica permanente. Este proceso político esencialista, suponiendo una homogeneidad de la categoría "mujer", excluye de hecho las experiencias minoritarias vividas por las lesbianas, las mujeres negras, las migrantes, las mujeres proletarias...Butler reprocha al movimiento feminsta mayoritario en EEUU de fundar implícitamente su identidad colectiva únicamente sobre la experiencia de las mujeres blancas, heterosexuales, provenientes de capas favorecidas.

Criticando los presupuestos identitarios homogeneizantes, Butler propone pensar el tema de las luchas (las"mujeres", los "gays". Las "lesbianas") como el producto de luchas y no como una cuestión previa, dada de antemano. Los movimientos feministas o LGBT deben entonces pensarse como coaliciones de minoritarios, reconociendo las diversas modalidades de la opresión, y cuyas alianzas con otras minorías permitirían sobrepasar los límites de las movilizaciones identitarias.

Conclusión

Voy a presentar, para terminar e introducir la discusión, algunas reflexiones críticas sobre las teorías y los militantismos queer :

1.- El juego con las identidades, favorecido por un efecto de moda, puede rápidamente acercarse a una ideología individualista y liberal, negando o menospreciando las codiciones de vida reales, y criticando los que no consiguen liberarse por si mismos.

2.- Los riesgos de re-esencilización : ¿cómo prevenir los escollos del esencialismo, incluso en el seno de una "coalición minoritaria"? El riesgo de reconducir grupos identitarios es real, en nombre del reconocimiento de situaciones minoritarias.

3.- La negativa/la crítica de la organización : las teorías "queer" han encontrado un eco importante en la crítica de las organizaciones y especialmente en la de la forma de "partido". La idea de coalición de minoritarios entra en congruencia con algunas experiencias de los movimientos altermondialistas o LGBT : la colocación de grupos afinitarios de contornos imprecisos, o la negativa de marcos de organización estructurados.

4.- Un desacuerdo estratégico de fondo con algunas teóricas/militantes queer. No explican cómo organizar y estructurar esas prácticas de subversión, para poner en tela de juicio el sistema de género. Aquí también nos encontramos con los límites de las estrategías de "subversión" : al evitar pensar en la cuestión del poder, y en la conquista del poder, las corrientes "queer" o influenciadas por el "queer", descuidan generalmente el análisis del Estado en su cualidad de aparato represivo e ideológico.