Sarah Blaskey, “Continúa la lucha en Wisconsin”
Entrevista a Nelini Stamp (Occupy Wall Street) realizada por Esther Vivas en el marco del Foro Social Temático en Porto Alegre (Brasil), enero 2012
¿Cómo nació el movimiento?
Nos inspiramos en la primavera árabe, las ocupaciones que hubo en Wisconsin y otros movimientos, como el 15-M español. La revista de la fundación canadiense Adbuster lanzó esta idea de ocupar Wall Street porque la iniciativa ya se había propuesto durante la movilización “No shop” con motivo del “viernes negro”, aunque nunca la organizaron realmente. Yo no estuve allí, pero un puñado de militantes autónomos se reunieron con este lema, los 99% contra el 1%,... eso fue todo. La cosa circuló por Facebook, en los correos, el lema aparecía por todas partes y acabó prendiendo. Hubo un llamamiento amplio para el 17 de septiembre, ocupamos los parques, las plazas públicas. Ese día había un millar de personas, nada del otro mundo, pero suponía algo importante para ser el primer día. La policía dijo: “dejadles que ocupen por esta noche, no son nada, unos chavales…”. No nos tomaban en serio.
Por nuestra parte, nos organizamos bastante rápidamente, desde el primer día teníamos preparada una lista de necesidades de la acampada y de grupos de trabajo; el mío era (y sigue siendo) el de los organizadores de la acampada. Se creó de inmediato el grupo de “medios”, el grupo de “acciones”, todo el mundo estaba dispuesto. Programamos una manifestación para la mañana del 18 de septiembre sin planificarla bien, pero vino cantidad de gente, realizamos dos asambleas generales al día. Fue muy fuerte ver nacer ese fenómeno en que se ha convertido el movimiento Occupy.
¿En qué sentido se ha inspirado el movimiento en la primavera árabe y en los indignados? ¿Sin ellos esto no se habría producido? Depende, porque está claro que en EE UU tenemos mucho contacto con el mundo árabe, y por tanto la primavera árabe ha influido aquí más que el movimiento de los indignados. Hasta la gente no politizada sabía que se estaban produciendo revoluciones por allí, y eso tuvo un impacto real en EE UU. Otros conocían vagamente el 15-M... Yo estuve mirando las webs, buscando información, para enterarme cómo ocupabais los parques y las plazas... Fue toda una experiencia ver esa continuidad, y cuando eso llegó a EE UU, los sindicatos participaron, los que nos ayudaron tenían contactos internacionales muy importantes.
Los sindicatos, aunque están un poco burocratizados, tienen importancia históricamente en los movimientos sociales de EE UU, representan a los realmente más oprimidos, a los negros, los pobres, los inmigrantes. Sus miembros están verdaderamente implicados en los movimientos. En Wisconsin ocuparon el Capitolio durante tres semanas, se quedaron a dormir allí, armaron ruido... Todos los parlamentarios demócratas huyeron, tenían que votar una ley importante, pero se fueron a sus ciudades, una locura. Se vio que la movilización podía tener peso realmente y Occupy Wall Street surgió unos meses más tarde.
¿Cuál es el perfil “tipo” del militante de Occupy?
Hay dos grandes categorías: por un lado están los “somos el 99%”, y por otro los “Occupy”. Occupy representa a los que provienen del sector radical, cuya táctica es “tomar la calle”, los que se sienten capaces de llevar a cabo acciones radicales (en gran parte no inmigrantes, debido a las leyes de inmigración, que son muy duras para los que resultan detenidos). Los menos militantes desempeñan un papel importante, son ellos los que divulgan el mensaje entre la “masa”, entre ese “99% “... Somos muy inclusivos, me parece, he visto a anarquistas, comunistas, socialistas o en todo caso militantes que se identifican con esas corrientes de pensamiento. He visto también a conservadores desplumados por los bancos hasta el punto de que han perdido sus casas. Seguimos siendo muy abiertos, porque las líneas entre liberales y conservadores, o no sé cómo llamarles, están moviéndose; metemos a todos los afectados por la crisis en la cesta de los “pobres”, del “99%”, y los que comparten nuestros análisis, bienvenidos sean.
¿Qué elementos pueden caracterizar este movimiento?
Es curioso, pero me resulta imposible resumirlo en pocas palabras. Personalmente solo puedo hablar de Occupy Wall Street y no de las otras ocupaciones en el país; somos movimientos distintos, nos coordinamos, al menos lo intentamos, pero nadie dice “tenéis que hacer eso”, cada movimiento se organiza en función de lo que quiere hacer la gente por su comunidad. Occupy Wall Street es un movimiento que se basa en dos elementos: las instituciones que queremos transformar y las alternativas que queremos construir. Un aspecto importante es el de los no organizados, que acuden masivamente, esto me recuerda un poco al movimiento por los derechos civiles en EE UU, con las “Panteras Negras” por un lado, muy combativos, radicales, en las calles, y por otro los movimientos pacifistas, los religiosos cívicos y los estudiantes. Estamos un poco ante el mismo fenómeno, aunque con actores diferentes. Conseguimos realmente poner en movimiento a toda la sociedad estadounidense con los temas de la ecología, el feminismo, la lucha contra el patriarcado, y analizamos estos problemas de fondo relacionándolos con la crítica del capitalismo. Por primera vez en EE UU podemos declararnos “anticapitalistas” y eso se ha vuelto legítimo. Ningún político puede hablar ya del “capitalismo”, se ha convertido en una palabrota. Es en todo caso una sensación que esto ocurra en EE UU. ¡Estamos cambiando las bases del discurso dominante, es del todo increíble!
¿Cuáles han sido las principales acciones y cuáles son las estrategias y tácticas del movimiento?
Al comienzo nos manifestábamos todos los días. Cada mañana, al sonar la campana que marca la apertura de la bolsa, bloqueábamos la calle para que los trabajadores de la bolsa no pudieran acceder. Todos los días, a las 8 de la mañana y durante dos horas... Y lo mismo cuando sonaba la campana de las 16 h. Nuestro propósito concreto era obstaculizar el funcionamiento de la bolsa. La acción que prefiero es la que hubo el 15 de octubre, convocada por los indignados, era una jornada internacional pero también más que eso, era una celebración. No teníamos ningún objetivo particular, todo lo que pretendíamos era crear una verdadera ruptura. De hecho quisimos plantear distintos temas: la ecología, la educación, el trabajo... y fuimos a distintos lugares representativos, para reunirnos finalmente en Times Square, que es el símbolo mundial de la sociedad de consumo. Allí hubo una gran manifestación y fue algo fantástico. No se ven a menudo manifestaciones con gente que baila, con gente que canta, era algo nuevo y diferente de las manifestaciones tradicionales de EE UU, incluso había grupos de música para animar las manifestaciones. El 6 de diciembre instalamos familias enteras en las casas ocupadas, donde estuvieron viviendo durante dos meses, estuvimos luchando contra los bancos para que pudieran quedarse. También instalamos a familias en los propios bancos. Colocamos carteles que decían “incautado” en los bancos... Sí, nos encanta poner a los bancos en la picota, y este también es un movimiento muy curioso y creativo.
¿Qué perspectivas se plantean las ocupaciones de parques?
Estamos mejorando nuestras estructuras internas e intentando coordinarnos. Debido a que el proceso de la asamblea general es muy complicado, puede convertirse en demasiado “local”. Dado que en ellas participan las comunidades, las asambleas generales pueden centrarse en asuntos muy localizados. O bien, por el contrario, puede haber en ellas discusiones demasiado complejas en las que la gente no pueda participar e implicarse. Ahora bien, queremos contar permanentemente con los tres niveles, el local, el nacional y el internacional, en las discusiones y las decisiones. Nos hallamos en una fase de evaluación para seguir atrayendo a más gente todavía y funcionar de manera más ágil.
Estamos pensando en otras acciones, como ocupar fábricas, recuperar otros espacios en función de nuestra voluntad y de nuestra capacidad. Pero debemos asegurarnos de que sean los trabajadores quienes lo hagan. Yo vivo en Brooklyn y no voy a ir y decirle a nadie: “ve a ocupar una fábrica”, pero si necesitan ayuda, iré sin dudarlo. Nuestro objetivo es lanzar una gran “primavera Occupy”, después vendrá el verano... Creemos que los estudiantes participarán en mayor medida, pues el endeudamiento se vuelve crítico para ellos, máxime si no encuentran un empleo y no pueden devolver los préstamos. Bueno, para mí, que vivo en las comunidades, estas cosas son el pan de cada día desde hace tiempo, pues somos comunidades de inmigrantes, de afrodescendientes, y esto siempre ha sido así, pero ahora las clases medias están dándose cuenta de cómo viven las clases populares desde siempre. Y ahora tratamos de situar esta cuestión de las clases en el centro de las discusiones: ¿por qué existen clases en esta sociedad, de qué sirve? ¿Por qué no somos todos iguales? Está bien, de hecho, que los problemas alcancen también a las clases medias, porque ahora la clase obrera ya no se queda sola al decir que “vivimos tiempos difíciles”. Hemos de continuar, hacer que la clase media se ponga también a decir que “todos deberíamos ser iguales” y que “el capitalismo ya no funciona”. Porque en EE UU ha imperado durante mucho tiempo la idea preconcebida de que el capitalismo protege siempre a las clases medias.
Así que apostamos realmente por eso, esperamos que la primavera y el verano vean una movilización masiva de estudiantes, porque no tendrán clases… Creo de verdad que tendremos fuertes movilizaciones populares, empezando por el 1º de mayo, ¡estoy impaciente por verlo! Asimismo, nos estamos preguntando qué podría dar de sí un boicot. La idea de retirar el dinero de los bancos o de boicotear masivamente a una empresa u otra es algo que también estamos estudiando, esto ha sido un factor determinante en el movimiento de los derechos civiles. Sería genial si pudiéramos decir “sacad vuestro dinero de los bancos clásicos” y empezar a construir alternativas a las finanzas.