La Cuarta Internacional y Socialist Resistance: Difference between revisions
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Latest revision as of 13:41, 28 August 2014
Socialist Resistance (SR) está actualmente en proceso de intentar construir una nueva organización socialista con Anti Capitalist Initiative (ACI) y la International Socialist Network (ISN). Quizás el proceso se expanda para incluir a otros grupos. Una de las cosas que ha evidenciado dicho proceso es que activistas de procedencias diversas a veces tan solo tienen una comprensión parcial de lo que es la Cuarta Internacional (CI). Algunos tienen ideas completamente equivocadas. Liam Mac Uaid esclarece lo que es la CI, lo que no es y por qué la participación en ella contribuye a una comprensión más clara de nuestras tareas políticas en el Estado británico y nuestro internacionalismo.
El modo más rápido y fácil de descubrir por ti mism@ lo que la Cuarta Internacional y las organizaciones que pertenecen a ella hacen y dicen es visitar la web International Viewpoint. En ella encontraréis informes, entrevistas, artículos analíticos más largos y documentos significativos de nuestras conferencias. Leyéndolos por ti mism@ podrás extraer tus propias conclusiones sobre la relevancia que tiene la idea de intentar mantener fuertes conexiones internacionales entre socialistas.
En nuestra conferencia de SR de 2013 votamos disolvernos si éramos capaces de fusionarnos exitosamente con ACI y ISN. Este es un paso radical en el que muy raramente se comprometen las organizaciones. Sin embargo, propondremos que los miembros de la nueva organización tendrán derecho a formar parte de una tendencia vinculada a la Cuarta Internacional, que no se limitará sólo a los antiguos miembros de Socialist Resistance. Este acuerdo ha existido en otras organizaciones que han agrupado a seguidores de la Cuarta Internacional como por ejemplo Solidarity en Estados Unidos, un grupo que recientemente ha decidido adherirse a la Cuarta Internacional. Desgraciadamente todavía no hemos tenido la oportunidad de discutir esto con nuestros compañeros en el proceso de reagrupamiento y nuestra insistencia ha incomodado a alguna de la gente con la que nos proponemos trabajar. Existe el temor de que SR mantenga una organización secreta que recibiría órdenes de una dirección internacional. Esto no podría suceder y los miembros actuales de SR se opondrían completamente a una manifestación tal de deshonestidad política. La CI decidió hace años que ya no se presentaría como el “partido mundial de la revolución”. La CI no es la Tendencia Socialista Internacional (IST en Inglés) ni el Comité por una Internacional Obrera (CWI en inglés) del Socialist Party, y actualmente incluye a organizaciones que no proceden de la tradición trotskista.
Ya hace tiempo que dejó de definirse como una organización centralista democrática y no pretende actuar como tal. No impone decisiones o políticas a sus secciones o seguidores, en particular cuando se trata de orientaciones a nivel nacional. Un enfoque semejante es contrario al concepto de internacionalismo de la CI. Adoptamos la visión opuesta como puede constatarse leyendo nuestro informe sobre nuestro reciente Congreso Mundial:
“Nuestro Comité Internacional es un órgano ‘federal’, lo cual significa que cada realidad nacional tienen su propios representantes… La historia ha enseñado a esta corriente internacional que una línea política no puede imponerse desde arriba, y mucho menos por un partido ‘guía’”.
Lo que hace la CI es discutir y defender un enfoque general sobre la política del periodo. Debate y desarrolla posiciones políticas y declaraciones sobre las grandes cuestiones de política mundial. Siria y las revoluciones árabes son ejemplos actuales. Secciones y seguidores tienen la libertad de decidir si apoyan dichas posiciones y declaraciones y, a menudo, no lo hacen. Esto se puede constatar actualmente en Grecia, donde la sección oficial apoya a Antarsya (contradiciendo la visión de la mayor parte de los grupos de la IV Internacional) mientras una organización simpatizante apoya a Syriza. SR no dudó en criticar a nuestros camaradas griegos públicamente en nuestra web, algo que causó cierta consternación en otras corrientes políticas, pero que resulta perfectamente normal para nostotr@s.
El mismo informe del Congreso Mundial también es rotundo acerca de los límites de muchos de los grupos que participaron. No hay ningún punto engañoso para tus propios miembros o el mundo exterior con descripciones exageradas de su fuerza:
“Obviamente debemos guardar un sentido de la proporción: estamos hablando en varios lugares del mundo de pequeñas organizaciones políticas, a veces pequeños grupos, aunque generalmente sean grupos activistas insertos en su realidad nacional, social y política. Pero el hecho de pertenecer a un marco internacional ayuda a preservar una cierta vitalidad y la capacidad de mantener el hilo y discusiones comunes”.
Es cierto que cuando el pequeño grupo de marxistas revolucionarios antiestalinistas dirigido por Trotsky, quien proclamó la formación de la Cuarta Internacional, afirmó que se trataba del Partido Mundial de la Revolución Socialista. Tenían la perspectiva de que la guerra venidera abriría una nueva oleada de revoluciones que destruirían tanto el estalinismo como el fascismo. Muchos centenares de ellos pagarían con sus vidas en Vietnam, Francia, Grecia, Italia, Bélgica y en los convoyes árticos su compromiso por mantener vivo un hilo marxista revolucionario que ligara la Revolución bolchevique con las nuevas revoluciones. Esta historia es parte de nuestros orígenes pero es justamente esto –historia. La Cuarta Internacional hoy tiene una concepción radicalmente distinta de su rol y contribución a la lucha de clases.
Democracia socialista
Quizás más que cualquier otra corriente marxista ha intentado teorizar e implementar una comprensión de la democracia socialista tanto dentro de sus propias organizaciones como en una sociedad socialista. Si bien su título y buena parte de su lenguaje pertenecen a una era anterior, “Democracia socialista y dictadura del proletariado” contiene algunas de las ideas fundamentales que informan nuestro modo de hacer política. Éstas son:
“La más completa democracia interna del partido mismo, con pleno derecho de organizar tendencias y el rechazo de prohibir fracciones y posibilidades de debates públicos entre ellas antes de congresos del partido.
Integración real del partido en una internacional revolucionaria y aceptación de críticas internacionales basadas en el compañerismo por parte de organizaciones de otros países”.
Ambos conceptos proceden de un examen y un rechazo del modo en que operaban los partidos y regímenes estalinistas. Suprimieron cualquier disidencia más allá de márgenes muy estrechos premiando la unidad y la obediencia por encima de cualquier otra cualidad, una actitud que también resultó persuasiva a otros grupos que rechazaban el estalinismo pero que mantuvieron algunas de sus concepciones organizativas. El efecto de estas ideas fue garantizar que un pequeño grupo de dirigentes dominaran la política y la sociedad. En cambio la Cuarta Internacional defendía que:
“… no hay partidos infalibles. No hay direcciones infalibles, ni dirigentes de partido individuales, ni mayorías partidarias, ni “comités centrales leninistas”, etc. Nunca se adquiere un programa marxista definitivo. Ninguna situación nueva puede analizarse ni comprenderse en referencia a antecedentes históricos”.
Como han demostrado vívidamente los debates recientes en la extrema izquierda británica, las referencias a Lenin y Zinoviev casi nunca aclaran gran cosa cuando uno trata de comprender la desintegración de una organización. Remontarse a lo que decían revolucionarios de hace casi un siglo en una serie de circunstancias completamente distintas da la impresión de un uso monacal de textos sagrados para condenar herejías. En cambio, los órganos de dirección de la CI y los de sus secciones garantizan explícitamente los derechos de las minorías. Así, por ejemplo, si una posición alcanzara el 30% de los votos en la Conferencia de Socialist Resistance, sus seguidores tendrían derecho a ocupar el 30% de las puestos del Comité Nacional. Podría ser que la minoría tuviera razón y que la mayoría estuviera equivocada, y la gente puede cambiar de opinión.
Protección de la disidencia
El derecho a discrepar está garantizado para todas las secciones de la Internacional. A diferencia de otras corrientes que tienen una organización internacional e insisten en que todos sus seguidores pertenecen a un único grupo nacional, no es infrecuente para la CI tener miembros en dos o tres grupos o partidos en un mismo país. Éste es el caso actualmente en Francia, Italia o Estados Unidos, por ejemplo. En ocasiones adopta juicios muy distintos sobre lo que debe suceder en su propio país y se escinden. Si desean mantener su conexión con la CI tienen la posibilidad de hacerlo en la medida en que las situaciones políticas cambian y los juicios también. Sin duda sería mejor que todos los seguidores de la CI compartieran una misma organización, pero obligarles a hacerlo sería una respuesta burocrática. A condición de que compartan el mismo marco político general y sigan participando en sus órganos, pueden seguir formando parte de la Internacional.
Todas las reuniones internacionales de la CI (su Comité Internacional y los congresos mundiales) son totalmente democráticas, con la plena libertad de una organización disidente para presentar y abogar a favor de sus puntos de vista y sus diferencias. Posiciones minoritarias expresadas en los congresos mundiales están plenamente representadas en el Comité Internacional.
En nuestra opinión la existencia de una tendencia de la Cuarta Internacional en una nueva organización resultante del reagrupamiento actual sería totalmente compatible con la democracia de dicha organización y tendría mucho que aportar a su construcción.
Este es un modelo que se ha demostrado atractivo para organizaciones procedentes de raíces muy diversas. La CI ha conocido avances substanciales en América Latina y Asia. En 2012 el Partido Comunista Marxista Leninista de Bangladesh (CPB-ML) se convirtió en organización observadora permanente, un paso preliminar para convertirse en sección. En 2003, en el XV Congreso Mundial, El Partido Revolucionario de los Trabajadores de Mindanao (RWP-M) se convirtió en sección de la CI. El NSSP de Sri Lanka se incorporó a la CI tras abandonar la CWI y la Internacional también mantiene relaciones con el People’s Liberation Party (PLP) de Indonesia, que actualmente es observador permanente.
Ecosocialista
La CI es la única corriente marxista revolucionaria internacional que se define ecosocialista. El ecosocialismo es una declaración de que la designación “socialista” ya no es adecuada; de que la cuestión ambiental no puede ser para nosotr@s un añadido, sino algo fundamental para todo lo que hacemos, un componente fundamental de nuestra identidad programática. Es una señal de que rechazamos la lógica capitalista de crecimiento insaciable, algo que hunde sus raíces en la naturaleza misma del sistema y satisface los requisitos de la producción capitalista. Significa luchar por una sociedad basada en una racionalidad ecológica, un control democrático y el predominio del valor de uso por encima del valor de cambio.
Esto significa que nuestro objetivo debería ser el crecimiento de la calidad de vida en lugar del PIB, por la abundancia de tiempo libre en lugar de la abundancia de mercancías prescindibles. Significa sustraer progresivamente las decisiones sobre producción y distribución de las garras del “libre mercado” para someterlas a una planificación racional y democrática.
El capitalismo es incapaz de cambiar esto. Su respuesta al calentamiento global es una combinación de medidas de mercado y la difusión de peligrosas tecnologías, incluyendo más energía nuclear, carbón “limpio”, fracking, etc… La extensión del modelo capitalista (occidental) de producción y promoción sin fin de mercancías para alcanzar el máximo crecimiento a países como China, India y Brasil es simple y llanamente la mayor amenaza para el medioambiente.
Esto significa que con el derretimiento de los casquetes polares y el predominio creciente de fenómenos meteorológicos extremos la cuestión del cambio climático provocado por la acción humana debe situarse en el centro de nuestras preocupaciones. Debemos situarnos en el centro de las campañas en torno a estas cuestiones e integrar el medioambiente en todos los niveles de nuestro trabajo práctico.
Feminista
Tanto Socialist Resistance como la Cuarta Internacional se definen como organizaciones feministas y el acuerdo en torno a lo que los marxistas entienden por feminismo es uno de los puntos fundamentales de acuerdo que ha hecho posible la convergencia con ACI e ISN. Hay un fundamento social de la opresión específica de las mujeres que hace fundamental que tengan una expresión política propia. El movimiento feminista hace esto posible y obliga a las organizaciones a aprender de sus experiencias y análisis. Aspiramos a integrar las experiencias de las mujeres en nuestra práctica política porque mientras hay muchos modos en los que las mujeres individuales pueden luchar por su independencia personal, económica y sexual, sólo un movimiento combativo y activo hace posible la reafirmación de la identidad de las mujeres, tanto individual como colectivamente.
Una de las maneras en las que esto se desarrollará será a través de un cuestionamiento radical de las divisiones tradicionales en la familia y la clase obrera. La primera de ellas es la división sexual del trabajo, un asunto que la actual oleada de austeridad está agudizando enormemente, en la medida en que las mujeres están particularmente afectadas por reducciones salariales, precarización, recortes en servicios y pérdidas de empleos.
Extraemos algunas conclusiones organizativas de todo ello. Las reuniones de mujeres son una de las características permanentes tanto de SR como de las conferencias de la CI. Aspiramos a lograr una mayoría de mujeres en los comités que lidian con litigios internos y nos proponemos alcanzar el 50% de mujeres en los órganos de dirección.
Partidos amplios
La mayor parte del trabajo de Socialist Resistance durante los últimos años ha sido apoyar un partido con bases de masas a la izquierda del laborismo. Participamos en la Socialist Alliance y en Respect. Intentamos comprometernos con la TUSC (la confederación sindical británica) y actualmente estamos apoyando muy activamente Left Unity. Nuestra conexión con la CI ha informado buena parte de nuestra actividad en esta área. Nuestros camaradas de Portugal, Dinamarca, Italia, Francia y Alemania, entre otros, han tenido un abanico de experiencias positivas y negativas en la construcción de partidos a la izquierda de la socialdemocracia y las hemos seguido de cerca. Nuestro libro “New Parties of the Left” es un intento de agrupar y hacer accesible para un público anglófono la significación de estos desarrollos en Europa. Nuestro punto de partida es que la socialdemocracia, y en particular el Partido Laborista Británico, ha girado significativamente a la derecha en las dos últimas décadas bajo la presión del neoliberalismo. Creemos que existe el espacio político para una organización de entre 20 y 30.000 miembros, que puede albergar a revolucionarios, gentes radicalizadas por nuevos movimientos anticapitalistas, militantes sindicales y antiguos miembros del Partido Laborista. Respect ofreció un botón de muestra de este potencial y Left Unity también está mostrando que existe una necesidad de una organización así.
Extrayendo lecciones de nuestra participación en Respect y de lo que hemos aprendido de nuestros camaradas de la CI, hemos desarrollado una firme visión de que existen algunas reglas generales que pueden conducir a una experiencia así al éxito. Debe ser democrática y capaz de albergar un buen abanico de visiones. Debe escapar a la dominación de un líder carismático. Debe funcionar como un partido más que como un pacto de no agresión o una alianza electoral. Organizaciones de extrema izquierda que participen en ella no deben pretender hegemonizarla utilizando medios organizativos para ganar debates políticos. No conocemos ninguna otra corriente de la izquierda radical que haya extraído conclusiones similares y creemos que nuestros lazos con la CI fueron esenciales para desarrollar estas concepciones, actualmente compartidas por much@s en ACI e ISN.
Conclusión
Creemos que la Cuarta Internacional ha hecho más que ninguna otra corriente marxista para mantener los principios esenciales de la tradición revolucionaria y, a la vez, tomar en consideración que los inicios del Siglo XXI no se parecen a los del siglo XX. Hemos tomado en consideración el significado del cambio climático y del feminismo para el marxismo revolucionario. Hemos examinado en gran detalle la centralidad absoluta de la democracia y el pluralismo en las organizaciones socialistas y en las sociedades postcapitalistas. En buena parte de Europa estamos respondiendo al lento declive de la socialdemocracia comprometiéndonos activamente en los nuevos partidos de izquierdas que están emergiendo en como respuesta a ello. No hay agenda oculta alguna en nuestra voluntad de mantener un vínculo con nuestros camaradas en otros lugares del mundo. Creemos que esta conexión no hará otra cosa que contribuir al reforzamiento y al desarrollo político de una nueva organización.
Traducción de Andreu Coll